El Instituto de Gestión Pública (IGP) organizó el seminario “Reforma
Constitucional: Sí o No” en el que dirigentes políticos de distintas fuerzas
políticas debatieron sobre la posibilidad de una reforma de la Carta Magna.
El encuentro, moderado por el diputado bonaerense de la UCR, Walter
Caruso, tuvo lugar en la sede del Sindicato de Empleados de Comercio de la
localidad de San Martín, ubicado en la calle 99 (ex Roca) 1960.
El Seminario fue inaugurado por el intendente de San Isidro, Gustavo Posse.
“Debemos explicar la razones para no caer en la trampa de la reforma
constitucional. Una de ellas es política: el gobierno no encuentra sucesión a
su poder en 2015. Por eso, aunque por los cacerolazos ya no se hable de reforma
ni de reelección, se especulará con sacar una mayoría en la legislativas del
año que viene para convocar a una constituyente y reformar la constitución”,
expresó Posse.
“Podemos sentarnos en este panel, disentir, dialogar, y por eso es bueno
que estemos reunidos, porque es necesario generar consensos. Lo que necesitamos
son políticas de largo plazo y no presidentes a largo plazo. Este zigzagueo y
la mentira negando los problemas no es la manera de que se resuelvan. Esta
constitución, en lugar de reformarla, tenemos que cumplirla”, manifestó el
diputado nacional Francisco De Narváez (Unión Celeste y Blanco).
Durante su ponencia, el jefe comunal de Malvinas Argentinas, Jesús
Cariglino dijo: “La reforma no es prioridad para los argentinos ni les resuelve
sus problemas. Hay que ponerse los pantalones largos y decirle a la Presidenta
lo que está mal. El país ha venido creciendo por ocho años al 9 por ciento y
ahora somos contrapeso de los países vecinos que están recibiendo inversiones.
A la reelección le decimos que no. Señora presidenta: ya alcanzó con los diez
años de los Kirchner en el poder. Lo único que creció en este tiempo son los
subsidios, que además no llegan a quien tienen que llegar”.
Luego fue el turno del de la diputada nacional Laura Alonso (PRO), quien
enfatizó: “No debemos permitir que se avasalle la Constitución, reformada en el
94, que incorporó instrumentos de participación ciudadana, instituciones de
control (que este gobierno se encargo de destruir). No queremos una Presidenta
eterna. Convoco a los partidos políticos que la semana que viene nos
presentemos con un escribano ante alguna ONG y firmemos un compromiso de que no
vamos a votar ni firmar ninguna reforma constitucional”.
Por su parte, el presidente del radicalismo, Mario Barletta, dijo que el
“gobierno quiere ir por todo. Por la Justicia, por la libertad de prensa y por
las libertades individuales. No lo vamos a permitir”.