Joseph Stiglitz, el premio Nobel de Economía, dijo
algo que como peronistas nos hace entender que estamos en el buen camino: "Argentina supo redistribuir beneficios de
exportadores y utilizarlos para el bienestar de los más perjudicados por la
crisis del 2001"
De eso se trata. Escuchamos a muchos dirigentes
rezongar porque en Argentina no se enfría la economía, aduciendo necesidades de
control inflacionario. Argumentan que no hay inversiones externas, pero reniegan de las
políticas de incentivo al consumo interno. Yo me pregunto, si lo primero fuese
cierto: ¿Quién va a querer invertir en un país sin mercado interno?, ¿las
inversiones especulativas?, ¿esas que nos llevaron al vaciamiento de nuestra
nación?
Tenemos que
comprender de una buena vez que no se salva un país a costa de su pueblo. Esto
sería un sinsentido. Ya esta probado que con ajuste tras ajuste lo único que se
logró fue hambrear a nuestro pueblo, perder capacidad productiva, bajarla
calidad educativa, exclusión social, marginalidad, inseguridad y todos aquellas
problemáticas que actualmente se llenan la boca los mismos que propiciaron y
defendieron estos modelos antipáticos y serviles al sistema financiero
internacional. Y así lo abonaba Stiglitz“Los mercados financieros nunca se
preocuparon por los pobres, y cuando hacen alguna mención explícita es porque
tienen algún objetivo en mente".Y muchos años antes lo decía Don
Arturo Jauretche: “los propietarios de
los bancos privados no son los depositantes, sino un grupo de financieros que
controla el capital accionario, recoge los ahorros de los depositantes y lo
dirige hacia los fines que interesan a ese grupo financiero.”
En los últimos años
nuestro país se ha fortalecido a través de las políticas de desendeudamiento
internacional, primero con el FMI y luego con la formidable reestructuración de
la deuda con los tenedores de bonos. Y esta fortaleza nos hace independientes
de los mercados financieros internacionales, sino cómo se explican los sucesos
que acaecen en el primer mundo, dependientes de una burbuja financiera que les
exige a los países realizar ajustes al pueblo para sostener a los mismos
sectores que irresponsablemente causaron esta situación, ya lo hemos visto con
los salvatajes a los bancos en toda Europa.
Es imprescindible
que sigamos apoyando a este modelo de país, que nos planteó Néstor Kirchner
inicialmente y que profundiza día a día Cristina: porque nada puede ser, sin
políticas que sostengan el trabajo de su gente; que exijamos en el comercio
internacional reciprocidad ante los planteos hipócritas de los grandes países
que pretenden que abramos nuestras fronteras para el ingreso de bienes y
servicios que atentan directamente contra el trabajo de los argentinos.
Pensar en producción
nacional es pensar en un país más justo. Demandemos que el sistema financiero
este al servicio del crecimiento del pueblo y no a la inversa, como lo ha hecho
nuestra presidenta al instrumentar la obligatoriedad para que los bancos
destinen al menos el 5% de sus fondos para el crédito a la producción.
Vivimos en un país
(lo digo a pesar que suene a cliché)con uno de los territorios más ricos de la
tierra, en donde no sospechamos todavía cuál es nuestro límite de
crecimiento.Por esta razón debemos nosotros manejar nuestro propio destino o
dicho con palabras de Don Arturo:”Hasta que los argentinos no recuperemos
para la Nación y el Pueblo el dominio de nuestras riquezas, no seremos una
Nación soberana ni un Pueblo feliz.”
Concejal Leandro Martín
FpV San Isidro
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