Los derechos de los adultos mayores han sido vulnerados en la Mesa de Diálogo.Los adultos mayores no estuvieron representados en la “Mesa de Diálogo Político Multisectorial”, ni en el “Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil”.
El Sindicalismo y Empresariado conjuntamente con representantes del Gobierno Nacional, acordaron un Salario Mínimo Vital y Móvil de $1.400.- el que se incrementará a $ 1-500 en el mes de Enero de 2010.
A pesar que la edad cronológica de algunos de los representantes de los distintos sectores, los ubicaría dentro de la categoría de “Jubilado”, el tema relacionado con la situación caótica y extrema por la que atraviesan miles de Jubilados y Pensionados no fue abordado en los encuentros enunciados precedentemente.
Es indigno que los jubilados – pensionados, para que se les reconozca la legitimidad de sus Derechos, deban recurrir a juicios, reclamando lo que por Ley les corresponde.
Es indigno que los jubilados - pensionados que han ayudado a construir nuestro país, con su esfuerzo constante a través de diferentes oficios y profesiones, hoy camino al Bicentenario, se encuentren sumergidos en un estado paupérrimo y de extrema precariedad. Son nuestros adultos mayores, nuestros abuelos y padres inmigrantes, que lucharon para hacer una Patria más Grande, más Justa, más Libre, más Soberana
No solo nuestros jubilados - pensionados aún NO perciben el 82% móvil, sino que ni la mínima jubilación - pensión se arrima al 82 % del Salario Mínimo Vital y Móvil.
Los jubilados y pensionados tienen el Derecho a participar enteramente en la toma de decisiones concernientes a su bienestar.
Tienen el Derecho a un estándar de vida adecuado, incluyendo alimentación, vivienda, vestimenta, asistencia, seguro social y protección.
Tienen el Derecho a ser tratados con dignidad.
Tienen el Derecho a una amplia y activa participación en todos los aspectos: sociales, económicos, políticos y culturales de la sociedad.
La cuestión salarial se redujo a discutir un peso más o un peso menos, porque “la panza de los gordos” esta muy llena,…
Porque existen ellos, los “trabajadores activos” que se las llenan con sus cuotas sindicales…
Porque existieron ellos, los hoy “trabajadores pasivos” que de igual forma han dado su aporte para poder percibir una jubilación-pensión que les permita ejercer su autonomía vital o su dependencia física, solventada con dignidad y con sus propios recursos.
El Gobierno Nacional se ha vanagloriado con la aprobación, en el año 2008, de la Ley de Movilidad.
Ese miserable aumento, asimilable a un 15% fraccionado junto con su percepción en dos cuotas, determinó que cientos de miles de jubilados-pensionados hoy perciban haberes apenas superiores a los $700 mensuales.
Los impuestos han subido, los servicios han tenido escandalosos aumentos, las expensas se han incrementado, las prepagas han marcado sus aumentos, los remedios han tenido alzas considerables, los elementos de higiene personal y del hogar conjuntamente con los alimentos que debe contener una alimentación adecuada, indican la imposibilidad real de subsistir con estos magros haberes y la necesidad de su urgente recomposición.
Que esta recomposición no sean simples migajas para silenciar a los que no tienen voz pero son buscados a la hora de votar.
No pueden esperar a septiembre del 2009 para que le otorguen un ajuste de acuerdo a la Ley de Movilidad.
Hay hambre, hay impotencia, hay necesidad.
Es imposible entender esta realidad cuando se adolece de racionalidad de gestión.
Podrían haberse jactado del logro si antes de aplicar la Ley de Movilidad aprobada en el 2008, hubieran otorgado la nivelación correspondiente a lo determinado por la Corte en el caso Badaro.
Es ininteligible el por qué no se nivelaron las pensiones – jubilaciones, según lo indicado por la Corte, cuando los fondos del ANSES tienen un superávit que permiten financiar las deudas fiscales del Gobierno.
Es evidente que no existe la decisión política de terminar con la miseria y el hambre de dos de los pilares esenciales de un país que impulsa su desarrollo: La Niñez y La Ancianidad.
Los responsables de administrar “la cosa pública”, tienen el deber moral de dignificar a nuestros abuelos, las cabecitas blancas de Evita que viven en este bendito suelo Argentino.
Aquéllos que por los años 50, vinieron de Europa huyendo de la miseria y el hambre de la posguerra.
Hoy parece que el ocaso de sus vidas los encuentra huyendo, en nuestra Patria, de la misma miseria y hambre que los obligó a desarraigarse de su país de origen.
Prof. Eva A. Valenzano
Concejal M.C.H.C.D. Vte. López