Por Raúl Kollmann (Página 12) Fragmento
Jorge D’Onofrio, titular de la Comisión de Seguridad del Senado bonaerense, duda que el Mapa de la Inseguridad que impulsó Francisco de Narváez durante su campaña aporte demasiado a la resolución de los problemas de delito que tiene la provincia de Buenos Aires. D’Onofrio acaba de romper con De Narváez justamente porque “el trabajo que se hace no es serio y en las siete reuniones que tuvimos los legisladores bonaerenses con él nunca discutimos medidas reales contra la inseguridad”.
En plena campaña electoral, en diciembre de 2008, Francisco de Narváez presentó con mucho ruido el Mapa de la Inseguridad online. El objetivo, según lo señalado por el candidato, era “que ante la censura ejercida por el Gobierno sobre los datos oficiales, podamos empezar a construir una estadística de la gente y así sepamos qué delitos nos están sucediendo, esto obligará a las autoridades a no hacerse los distraídos y nos ayudará a nosotros a cuidarnos todavía un poco más”.
El mapa parece no tener ningún efecto en materia de seguridad, a tal punto que nadie le presta atención a las denuncias. Por ejemplo, numerosas personas –seguramente con identidades falsas– aparecen haciendo denuncias truchas de robos y hasta violaciones en los alrededores de la propia casa de Francisco de Narváez, en el Barrio Parque de la Capital Federal, y también en las cuadras que rodean la vivienda de Mauricio Macri.
En otra entrada, un hombre denuncia que en tal supermercado –menciona la cadena– trataron de cobrarle 38 pesos un pollo, “lo que constituye un robo”. “Esos empresarios deben ser controlados”, argumenta el denunciante. Los hombres de De Narváez defienden el Mapa: “Es cierto que puede haber denuncias que no sean verdaderas, pero nosotros registramos cuatro intentos de robo de vehículos en el mismo lugar donde terminaron disparándole a Fernando Cáceres. Lo mismo con Renata Toscano, asesinada en Wilde. También teníamos siete tentativas de robo en el mismo lugar”.
De Narváez presentó el mapa como “una herramienta poderosa para saber qué zonas son más peligrosas y para que las autoridades actúen en consecuencia”. Sin embargo, en el mapa se mezclan los delitos, algunas denuncias aparecen repetidas seis y hasta siete veces –el robo de una moto en la calle Caxaraville al 6700 de Wilde–, con fechas distintas, y en muchísimos casos el texto del denunciante tiene un idioma con marcado acento policial: “Tres masculinos ingresaron al local, reduciendo al personal”. El sitio no tiene el menor filtro y se pueden leer entradas desopilantes, que no tienen nada que ver con el objetivo declarado de servir como un instrumento para combatir la inseguridad
Jorge D’Onofrio es el actual presidente de la Comisión de Seguridad del Senado bonaerense. Rompió hace una semana con De Narváez formando un bloque unipersonal: Unidad Peronista.
D’Onofrio asegura que su ruptura se produjo –según afirmó a este diario– “porque nunca se hizo ningún trabajo serio en materia de seguridad. Desde la victoria del 28 de junio de 2009, hicimos siete reuniones de todos los legisladores bonaerenses con De Narváez. Nunca se habló en serio del tema de la inseguridad, pese a que fue el centro de la campaña electoral. De Narváez decía una y otra vez ‘la seguridad se hace’ y otras consignas por el estilo.
El mapa parece no tener ningún efecto en materia de seguridad, a tal punto que nadie le presta atención a las denuncias. Por ejemplo, numerosas personas –seguramente con identidades falsas– aparecen haciendo denuncias truchas de robos y hasta violaciones en los alrededores de la propia casa de Francisco de Narváez, en el Barrio Parque de la Capital Federal, y también en las cuadras que rodean la vivienda de Mauricio Macri.
En otra entrada, un hombre denuncia que en tal supermercado –menciona la cadena– trataron de cobrarle 38 pesos un pollo, “lo que constituye un robo”. “Esos empresarios deben ser controlados”, argumenta el denunciante. Los hombres de De Narváez defienden el Mapa: “Es cierto que puede haber denuncias que no sean verdaderas, pero nosotros registramos cuatro intentos de robo de vehículos en el mismo lugar donde terminaron disparándole a Fernando Cáceres. Lo mismo con Renata Toscano, asesinada en Wilde. También teníamos siete tentativas de robo en el mismo lugar”.
De Narváez presentó el mapa como “una herramienta poderosa para saber qué zonas son más peligrosas y para que las autoridades actúen en consecuencia”. Sin embargo, en el mapa se mezclan los delitos, algunas denuncias aparecen repetidas seis y hasta siete veces –el robo de una moto en la calle Caxaraville al 6700 de Wilde–, con fechas distintas, y en muchísimos casos el texto del denunciante tiene un idioma con marcado acento policial: “Tres masculinos ingresaron al local, reduciendo al personal”. El sitio no tiene el menor filtro y se pueden leer entradas desopilantes, que no tienen nada que ver con el objetivo declarado de servir como un instrumento para combatir la inseguridad
Jorge D’Onofrio es el actual presidente de la Comisión de Seguridad del Senado bonaerense. Rompió hace una semana con De Narváez formando un bloque unipersonal: Unidad Peronista.
D’Onofrio asegura que su ruptura se produjo –según afirmó a este diario– “porque nunca se hizo ningún trabajo serio en materia de seguridad. Desde la victoria del 28 de junio de 2009, hicimos siete reuniones de todos los legisladores bonaerenses con De Narváez. Nunca se habló en serio del tema de la inseguridad, pese a que fue el centro de la campaña electoral. De Narváez decía una y otra vez ‘la seguridad se hace’ y otras consignas por el estilo.
El Mapa de la Inseguridad fue una de las tantas cosas hechas sin la menor seriedad. Fue una creación de Eugenio Burzaco, que en 2008 se había peleado con Mauricio Macri. Después Burzaco se fue y ahora está otra vez con Macri y es el jefe de la Metropolitana. Esto del mapa lo instrumentaron con el publicista Ramiro Agulla. Cualquiera que entienda algo en materia de inseguridad, sabe que el Mapa del Delito es algo que tienen que hacer las autoridades, con mucho detalle, y no debe estar a disposición del público, porque es un instrumento de inteligencia contra el delito. Le digo más, hoy en día tienen mapa del delito la Policía Federal, la Policía Bonaerense y la Procuración. De manera que aquello fue un acto de publicidad, nada más”.
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