Gerardo Young se anima a poner su firma en una escandalosa ruptura de la veda electoral por parte del diario ultra opositor de Héctor Magneto y Ernestina Herrera.
Lean la nota, vale la pena; en general es tonta, y se refiere a hechos supuestamente ocurridos entre 2002 y 2006, pero el título catástrofe desde la tapa del diario sensacionalista sugiere que se descubrió un gran complot de Cristina Fernández contra el mundo.
“Y un día, al final, aparecieron las pruebas”, dice el periodista como dando una primicia, cuando sólo se refiere a una página Web, que desde mayo trata de hacer conocer mails privados, algo a lo que ya se han referido otros medios, y publicando como noticia algo que en verdad es un delito, como cualquier violación de intimidad.
“La lectura de la información no deja dudas (dice el sabihondo periodista): tiene que ser responsabilidad de algún aparato de Inteligencia oficial, sea de la SIDE, de las Fuerzas Armadas o policiales. De otro modo, no hay manera de explicar una cobertura de objetivos tan amplia. ¿A qué aparato de espionaje privado le pueden interesar los movimientos de los vasco-argentinos y, al mismo tiempo, el de los piqueteros?”
Esa apreciación infundada, sin base real alguna, parece ignorar que la mayor muestra de espionaje masivo se dio hace muy poco en Gran Bretaña y se produjo a partir de un gran grupo económico mediático, la cadena inglesa de Rupert Murdoch, seguramente una guía espiritual-empresarial de los propios dueños del Grupo C.
El ‘periodista’ continúa, durante varios párrafos, tratando de probar suposiciones con prejuicios, mezclando a todos los personajes que puede, desde el genocida Massera hasta el piquetero D’elía, a Hebe de Bonafini con espías iraníes, a jueces con ministros… Eso sí, se cuida muy bien de mencionar a Mauricio Macri y su procesamiento efectivo por espiar desde el gobierno a parientes, opositores y empresarios. ¿Por qué será?
Una bomba de humo, a dos días de las elecciones; mal redactada, sin fuentes, con supuestos… lo que en la jerga se llama: “carne podrida”. O más finamente: operación de prensa para liquidar al adversario (como diría Durán Barba). Esto es Clarín, esto es el “gran diario argentino”, un émulo sudamericano del Murdoch de “The Sun”, lo más negativo de la prensa europea.
Esto es lo que debemos sufrir los argentinos desde los diarios, radios y canales manejados por el Grupo hegemónico.
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