Las ideologías enturbian la mirada, escribe el editorialista estrella del otrora diario de los Mitre. A confesión de parte relevo de prueba podría contestar un estudiante de Semiótica I de la facultad de Comunicación. La Argentina que viene será conflictiva en el plano laboral, avisa luego el informante, que para eso está. En otros planos también. Es justo.
¿Quién controlará el conflicto social en una Argentina con tantas decapitaciones probables o eventuales? se preguntan luego los patronos. Esta pregunta es destacable. Años atrás no necesitaban preguntarse, porque sabían que el control estaba asegurado por las armas, las torturas y los secuestros, en manos de la institución “apropiada”.
Una inmensa mayoría social parece atrapada y prisionera entre Kirchner y la ultraizquierda, dos conmovedoras minorías. Hay una minoría más, la del poder económico, que está aprendiendo, a los golpes, cómo se aprende a vivir en democracia, aunque todavía se sienta atrapada y prisionera.
Depende de la inmensa mayoría social de trabajadores por cuenta propia, asalariados y ciudadanos de la sociedad civil, que el escenario o el campo de batalla, sin dramatizar, sigan siendo los medios, las declaraciones, las opiniones encontradas, los Concejos Deliberantes, los Congresos nacionales y provinciales. La política, ni más ni menos.
SMJ
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