El presidente del Partido Justicialista y concejal de San Isidro, Santiago Cafiero, hizo entrega de los primeros microcréditos provistos por el Banquito de la Buena Fe “La Fraternidad de Boulogne” durante una ceremonia realizada en la sede del Sindicato de La Fraternidad a la que asistieron los futuros emprendedores barriales y sus familiares. “Este proyecto se pudo hacer realidad gracias a la política inclusiva que el gobierno nacional y provincial vienen llevando a cabo en San Isidro”, manifestó Santiago Cafiero mientras hacía entrega de los microcréditos de 750 pesos para que cada aspirante invirtiera en su emprendimiento. “Y aunque muchas veces la palabra ‘política’ sea considerada de forma negativa, esto no hubiera sido posible de no existir una decisión del Ministerio de Desarrollo de la Nación para promover la economía social, y apostar a que los emprendedores comiencen realmente a concretar sus sueños. Este tipo de políticas de Integración, Participación y Justicia Social son las que aspiramos a construir con trabajo y compromiso para el conjunto de los sanisidrenses”. La entrega fue el resultado de casi dos meses de trabajo en el que el equipo promotor del Banquito Popular de la Buena Fe, junto a los emprendedores, evaluara la sustentabilidad de cada proyecto y la solidez de cada grupo solicitante. Iniciativas en armado de calzado, pizzería, bijouterie y venta de ropa, entre otros; fueron presentados con entusiasmo durante la ceremonia. “Pienso usar la plata para comprar un horno y preparar pizzas”, expresó contenta Gladys, de 30 años, al recibir su cheque. Al igual que Mario, de 56 años, quien contó: “En los ´90 cerró la fábrica de calzado y perdí el trabajo. Ahora tengo a través de este banco organizado por los compañeros una nueva oportunidad de ser mi propio jefe”. Los microcréditos, que son parte de un programa del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación gestionado por la ministra Alicia Kirchner, tienen por objeto brindar las herramientas a los sectores más vulnerados y excluidos del mercado formal, a fin de promover la organización social y la participación popular mediante el desarrollo de una economía social y, lo que es más importante, humanitaria. El proyecto siembra la garantía solidaria desde la palabra al crear grupos de trabajo bien consolidados que se fomentan por medio de relaciones interpersonales. Cada encuentro se lleva a cabo en la casa de algún postulante, a fin de crear lazos de mutua pertenencia. Inspirados en experiencias pasadas profundamente exitosas en las localidades de Beccar y Villa Adelina, en la que totalidad del monto fue restituido, los créditos serán devueltos por cada grupo emprendedor en cuotas semanales. Para sorpresa de muchos —y en contra de cualquier pronóstico que pudiera dar un banco privado— el programa no cobra intereses a los solicitantes y, lo que es aún mejor, ha dado resultado en el cien por ciento de los casos.
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