(Jorge Luis Bonfanti para InfoBAN)
La primera mandataria se debe haber llevado más preocupaciones que alegrías, porque lo que vio no condice con su discurso. Vino a un distrito que se encuentra multi-convulsionado, por las movilizaciones contra el Vial Costero, las secuelas de la granizada que destruyó miles de techos y parabrisas que no todos pueden arreglar de inmediato y que generan una inflación absolutamente desmedida y salvaje, y por conflictos laborales y gremiales en distintas empresas, entre ellas la misma que fue a visitar.
La primera contradicción con su discurso, con su prédica política diaria, es que fue a inaugurar una nueva dependencia de IBM, y lo primero que recibió es una carta de sus trabajadores donde denuncian una situación de precariedad laboral y bajos salarios. IBM es una multinacional que baja desde un helicóptero, por una soga, ni siquiera pisan tierra “argenta” la inversión necesaria para montar una empresa absolutamente descomprometida del futuro nacional, al mes siguiente pasa de nuevo el aparto volador y suben una caja con las ganancias, cuando el nivel de estas se cae, levantan las paredes móviles del edificio y se van a otro país. Hoy se pueden contar las inversiones de IBM en las cifras del desarrollo que Cristina propagandiza, pero es un desarrollo atado con alambre, que aunque parezca muy serio y profesional por efecto de la publicidad y el marketing, es un insustentable, precario y se basa en las leyes laborales de la dictadura y el menemato.
Por otro lado, el Vial Costero, cuyo sentimiento de oposición crece entre la población y el intendente encara con la sutileza de un elefante en un bazar, y hasta parece un paquidermo espástico. Si lo termina, será su vía de escape hacia la derrota y el ostracismo, simplemente porque unifica en su contra a distintas posiciones, los ambientalistas, los vecinos que sin mucha conciencia utilizan el espacio, que él mismo recuperó y publicitó, los comerciantes chicos y medianos presionados por los pulpos, el vecino en general que ya padece los efectos de la superpoblación automovilística y la falta de espacios verdes, y la opinión de los que están a favor de las ciudades más integradoras socialmente, cuando esta se ve claramente como una obra para los sectores más pudientes, una especie de polo ricachón.
Por último, la bronca de miles de vecinos por la absoluta inacción municipal ante la granizada que hace 15 días destruyó miles de techos. El “Japonés” tuvo la suerte de que todavía no llovió, en ese caso hubiera tenido una pueblada en Gutiérrez y Maipú. La presidente, respetando acuerdos previos, no dijo nada de estos temas, apoyó una gestión del intendente que en este momento, sin hablar del pasado, es claramente neoliberal y en defensa de unos pocos, condenando a los demás al olvido municipal, un olvido carísimo cuando se miran las facturas del ABL.
No es una expresión de deseos, es una mirada muy objetiva y meditada, esta alianza K en Vicente López no da para más, está dando sus últimas brazadas y la costa queda cada vez más lejos. El problema es que los que pueden llegar tienen grandes posibilidades de ser peores, como ocurrió en la Capital.
Políticos ¡Hagan algo! La sociedad ya está movilizada y en estado de discusión, en cada comercio hay una mini asamblea, y que el intendente mande escuchas para enterarse de lo que piensa la mayoría.
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