El titular del Comité Nacional radical aseguró que “por la Asignación Universal por Hijo aumentaron el consumo de droga y el juego”. Sus dichos rememoran la reacción “gorila” contra los planes de vivienda del primer peronismo.
Ernesto Sanz, una concepción alineada con un pensamiento retrógrado que estigmatiza a los pobres.
Por David Cufré
De acuerdo con un estudio del Conicet y otros dos institutos de investigación, la Asignación Universal por Hijo logró reducir la indigencia entre 54 y 68 por ciento y la pobreza entre 13 y 32 por ciento, mientras que mejoraron los niveles de equidad social: la desigualdad entre quienes más ganan y los de menores ingresos cayó a su nivel más bajo desde 1986 y la Argentina volvió a aparecer como “el país más igualitario de América latina”. La medida, a su vez, resultó un incentivo potente para que los chicos vayan al colegio y cumplan con los planes de vacunación.
Este año se registró un aumento de la matrícula escolar en torno del 20 por ciento. Cuando se consulta a los beneficiarios de la medida, en un 86 por ciento en cabeza de las madres, valoran que para acceder a este derecho no deben pasar por ninguna clase de intermediario y que la Anses –en líneas generales– ha sido eficiente en su implementación. Pero no todo sería color de rosa y existen otros abordajes posibles. Si se sigue al senador radical Ernesto Sanz, hay otro modo de interpretar la cuestión: “Por la Asignación Universal por Hijo aumentaron el consumo de droga y el juego. No se trata de estigmatizar a ningún sector social, son datos de la realidad”, aseguró.
Las polémicas declaraciones no fueron un exabrupto en una charla de café, sino que el presidente del Comité Nacional del radicalismo las repitió al menos en dos ocasiones la última semana. Primero fue el jueves en un acto político en Santa Fe, y luego lo justificó en una entrevista con el programa Contrapunto, de LT9 de esa provincia. “En el conurbano bonaerense la Asignación Universal por Hijo, que es buena en términos teóricos, se está yendo por la canaleta de dos cuestiones: el juego y la droga”, sentenció. En la misma oportunidad se quejó de los piqueteros que pretenden acceder al plan de cooperativas Argentina Trabaja, a quienes caracterizó como “un ejército que paraliza la Capital Federal”. Pero sus reflexiones fueron mucho más allá.
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