El concejal sanisidrense, Pablo Chamatropulos, reafirmó por enésima vez su deseo de gobernar el distrito. Esta vez fue en un almuerzo partidario, el sábado último en un restaurante frente al viejo edificio municipal, en el centro de San Isidro. Recorre los barrios, toca timbre casa por casa. Ya visitó 5.000 frentes. Además, todas las semanas se reúne en bares, sociedades de fomento y plazas para hablar con vecinos. Su eslogan favorito es "Gustavo (Posse) se va. Chamatropulos te escucha".
Pablo Chamatropulos quiere ser intendente de San Isidro. El ex defensor de los consumidores del distrito tiene sus cañones apuntando a ese objetivo y cada movimiento es para posicionarse hacia el sillón que hace treinta años, o más, ocupa un Posse –primero el caudillo Melchor, luego el hijo Gustavo- en ese partido.
El sábado último lo reafirmó en un almuerzo partidario, ante un centenar de seguidores. Había militancia, entre otros, el concejal mandato cumplido, José Luis Beláustegui (PJ), algunos radicales alfonsinistas, vecinalistas de otros distritos y vecinos del centro sanisidrense, Villa Adelina y Boulogne.
Desde 2009 es edil vecinalista y hay que reconocerlo, su ingreso al Deliberativo barrió las telarañas de un órgano de gobierno que hasta su llegada bailaba al son del Ejecutivo, con escasa creatividad y falta evidente de propia iniciativa. En este cambio ayudan otros ediles como Santiago Cafiero (kirchnerismo) y Jorge Alvarez (UCR).
Su primer proyecto fue para retirar el estacionamiento gratuito del que gozan los ediles sobre la calle, 9 de julio, a la vuelta del Concejo. Por supuesto, duerme en algún cajón. "Lo del estacionamiento no logré ni que se discuta porque no es posible ni hacérselo pensar a mis colegas", picaneo el candidato en su momento.
Experiencia municipal no le falta pues estuvo ocho años con el oficialismo. En otra oportunidad cuestionó la veracidad de las versiones taquigráficas de las sesiones, y lo curioso fue que los taquígrafos terminaron reconociendo que "a veces" si "editan" los dichos de los concejales.
Adrede o espontáneamente –la primera es más verosímil- su perspectiva siempre se sale del molde y a esta altura cada vez que pide la palabra son varios los colegas -y sobre todo los oficialistas- que lo miran con cara de preguntarse: "¿y ahora con qué va a salir éste?". Por si hace falta decirlo: su bloque es unipersonal.
Sociólogo de profesión, sabe que en política "en la cancha se ven los pingos" y no da respiro a un oficialismo -eficaz en ciertos temas, para una población que mayormente no necesita grandes logros- que carece de mística (salvo la del apellido) y no suele practicar la interacción con la vecindad.
Pragmático y descreído de los partidos políticos tradicionales, a Chamatropulos no le hace asco ir con el Pro, el ARI o el peronismo federal. Todos suman. Para él la ideología está emparentada con el servicio. "Lo que viene es el político que escucha no el que habla", dijo en otra oportunidad.
Tampoco le costó compararse con el Espíritu Santo -¿Quién no vio sus pintadas que rezan Chamatropulos: El espíritu santo?- por aquello de que "primero el padre, Melchor Posee, luego el hijo, Gustavo" y después él mismo, claro. He aquí algunas puntualizaciones del personaje:
-¿Cómo evalúa su paso por el Deliberativo?-Mi bloque presentó 50 proyectos y esa es una responsabilidad elemental de cualquier concejal. Respecto de lo político, se ha renovado un concejo que no discutía y sesionaba muy poco tiempo. La política fue vuelta a poner en el centro de la escena.
-¿Se siente el peso del aparato possista en la calle?
-Si. Por un lado la valoración a la estructura oficialista, que en general es positiva, excepto en muchos vecinos que no acompañan. Pero también en que cualquier acción de campaña es tapada por el oficialismo. Afiches, calcos, son rápidamente sacados. Al hablar mano a mano, uno a uno, con los vecinos, lo que aparece es la voluntad más ciudadana, más cívica. No hay aparato que valga cuando se trata de la vocación del vecino.
-¿Va a formalizar alianzas localmente?
-San Isidro está para que no la gobierne una sola persona y mucho menos un solo partido. Alguien dijo alguna vez: un hombre solo es sólo un hombre. Para sostener lo que ya hay, que no es poco, y para ir por lo que falta, un gobierno de excelencia, se requiere de los mejores hombres y mujeres. Hay muy buenos cuadros técnicos en distintas expresiones políticas. Yo sueño con convocar a distintos actores políticos, del peronismo, de la Coalición Cívica, de los otros partidos vecinales, gente diversa, el espacio local de Martín Sabbatella me parece muy interesante.
-En 2007 fue con el ARI; en 2009 con el Pro. ¿Qué lugar le da a la ideología su pragmatismo?-Yo tengo una expectativa ideológica que es la presencia de un Estado integrador, fuerte, regulador, que brinda servicios, calidad y respeta a los que piensan distinto. Encuentro muchos puntos de contacto con la Coalición Cívica, el peronismo federal. No creo en lo ideológico vacío, como folleto. Mi gobierno va a ser respetuoso de la calidad de vida de los vecinos, de integrar a quienes menos tienen. El futuro está asociado al pensamiento de los jóvenes; si le pregunta a un joven de qué partido es, tal vez no le responde, ahora si le pregunta si está de acuerdo con cuidar el medio ambiente le va a decir que sí. Hace cuarenta años no se tenía conciencia del medio ambiente, pero sí de la pertenencia a un partido. No creo en una fragmentación por color o identidad política a veces vacía ¿El kirchnerismo es de izquierda o derecha? Hoy lo ideológico pasa por otro lado.